IFT fija 2025 como año decisivo para la licitación 5G y la subasta de espectro nacional

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) de México ha declarado al 2025 como un año crucial para el desarrollo y despliegue de la tecnología 5G en el país. En este lapso, se llevará a cabo la esperada licitación de bandas de frecuencia destinadas a redes de quinta generación, así como una subasta de espectro nacional que busca optimizar el uso del recurso radioeléctrico para fomentar la competencia, la inversión y la cobertura en zonas urbanas y rurales. Con la mirada puesta en cerrar la brecha digital, modernizar la infraestructura de comunicaciones y atender demandas de sectores estratégicos como salud, educación y manufactura, el IFT ha delineado un calendario que involucra etapas de consulta pública, alineación regulatoria y coordinación con la Secretaría de Hacienda para la recaudación de los derechos correspondientes.

El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) de México ha declarado al 2025 como un año crucial para el desarrollo y despliegue de la tecnología 5G en el país. En este lapso, se llevará a cabo la esperada licitación de bandas de frecuencia destinadas a redes de quinta generación, así como una subasta de espectro nacional que busca optimizar el uso del recurso radioeléctrico para fomentar la competencia, la inversión y la cobertura en zonas urbanas y rurales. Con la mirada puesta en cerrar la brecha digital, modernizar la infraestructura de comunicaciones y atender demandas de sectores estratégicos como salud, educación y manufactura, el IFT ha delineado un calendario que involucra etapas de consulta pública, alineación regulatoria y coordinación con la Secretaría de Hacienda para la recaudación de los derechos correspondientes.

Estado actual de la red 5G en México y retos previos

A finales de 2024, varias operadoras mexicanas iniciaron despliegues comerciales de 5G en las principales ciudades del país, ofreciendo velocidades de hasta 1 Gbps y latencias inferiores a 20 ms. Sin embargo, estos lanzamientos han sido limitados por la disponibilidad de espectro en bandas medias y altas, así como por la necesidad de densificar la infraestructura de antenas. La red 5G no solo promete mejoras en la experiencia del usuario, sino también habilitar casos de uso avanzados: telemedicina en zonas remotas, fábricas inteligentes con control de robots en tiempo real, ciudades inteligentes con semáforos adaptativos y realidad aumentada para educación. A pesar del entusiasmo inicial, la expansión se ha visto frenada por la fragmentación del espectro, la carencia de incentivos claros para inversión en áreas de baja rentabilidad y la falta de un marco regulatorio definitivo que incluya obligaciones de cobertura rural y calidad de servicio. El IFT reconoce que, sin una subasta estructurada y transparente, estos desafíos perdurarán.

Calendario y etapas de la licitación 5G en 2025

El cronograma propuesto por el IFT divide el proceso en varias fases clave. En el primer trimestre de 2025 se convocará la consulta pública para definir las bandas disponibles (como 3.5 GHz, 26 GHz y 28 GHz) y los términos de referencia: licencias por localidad versus nacional, duración de los títulos, obligaciones de cobertura y penalizaciones. Hacia el segundo trimestre, se publicará la convocatoria oficial y se abrirá el registro de participantes, en el que podrán inscribirse operadores nacionales, extranjeros con socios locales y nuevos entrantes. La etapa de ofertas económicas se desarrollará en el tercer trimestre, incluyendo rondas simultáneas y asignación por bloques. Finalmente, en el último trimestre, se adjudicarán los títulos y se realizará el pago de derechos. Posteriormente, las empresas tendrán un plazo de seis meses para presentar planes de inversión y cumplir metas de despliegue inicial. El IFT busca que todo el proceso sea concluido antes de terminar 2025, de modo que en 2026 ya puedan acelerarse los despliegues masivos.

Subasta de espectro nacional: objetivos y diseño

Paralelamente a la licitación de 5G, el IFT contempla una subasta de espectro en bandas históricamente utilizadas por radio y TV de paga, liberando esos canales para servicios móviles o inalámbricos fijos. El objetivo es reciclar frecuencias de baja eficiencia y atender la creciente demanda de capacidad en redes existentes. El diseño contempla la apertura de bandas en UHF y VHF, con mecanismos combinados de asignación directa y remanentes, orientados a garantizar la continuidad de servicios de radiodifusión y radioenlace crítico. Además, se impulsará el uso de espectro para despliegue de servicios comunitarios y sociales en municipios de difícil acceso, con licencias de baja cuota para cooperativas y gobiernos locales. Este enfoque dual —mercado comercial y social— pretende maximizar el valor económico del espectro y al mismo tiempo contribuir a la inclusión digital en zonas desatendidas.

Impulso a la competencia y participación de nuevos actores

Uno de los pilares del IFT es fomentar una competencia efectiva. Para ello, la licitación y subasta incorporarán reglas de acumulación y límite de espectro: ningún actor podrá concentrar más del 40 % de las frecuencias en una misma banda. Asimismo, se reservarán bloques para nuevos entrantes y se facilitará la participación de operadores regionales mediante precios diferenciales. El instituto también evalúa incentivos adicionales, como periodos de gracia en el pago de derechos para pymes o para despliegues en áreas rurales, con la condición de cumplir etapas de cobertura acelerada. Esta estrategia busca romper el duopolio de turno, dinamizar la oferta de servicios especializados (como IoT masivo o redes privadas 5G para industria) y promover alianzas entre operadores grandes y medianos para el co-despliegue de infraestructura compartida.

Coordinación interinstitucional y financiamiento de la transición

La complejidad técnica y fiscal de la licitación y subasta requiere la colaboración estrecha entre el IFT, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Comisión Federal de Competencia Económica y gobiernos estatales y municipales. Hacienda definirá los montos de los derechos de espectro, buscando equilibrar la recaudación con la viabilidad de inversiones. Competencia supervisará que las reglas no establezcan barreras de entrada anticompetitivas. Los estados podrán ofrecer incentivos locales —como franquicias de uso de suelo y agilización de permisos de obra— para acelerar despliegues de antenas. Además, se promoverán créditos blandos y fondos de garantía para proyectos de conectividad en zonas de baja densidad, canalizados a través de la banca de desarrollo y programas de cooperación internacional. De esta forma, se busca asegurar que los recursos públicos y privados se utilicen de manera coordinada en una transición ordenada hacia redes de nueva generación.

Retos técnicos, regulatorios y expectativas de impacto

A pesar del avanzado plan, persisten desafíos. La densificación de antenas en entornos urbanos confronta resistencia vecinal y requisitos de protección ambiental. La interoperabilidad de equipos multi-banda y multi-operador exige estándares técnicos claros y homologación eficiente. En el ámbito regulatorio, debe armonizarse la nueva ley de telecomunicaciones federal con disposiciones locales en materia de permisos de construcción, derechos de vía y planeación urbana. Por otro lado, la demanda de espectro para servicios emergentes —radioastronomía, backhaul satelital— compete con el uso móvil, obligando a ajustes finos en coordinaciones internacionales de frecuencias. Pese a esto, los analistas coinciden en que, de consolidarse el proceso, México avanzará varios años en su cobertura 5G, reducirá brechas digitales y atraerá inversiones masivas en aplicaciones industriales, salud a distancia y entretenimiento inmersivo.

Perspectivas y proyección a mediano plazo

Con la licitación y subasta concluidas, se espera que entre 2026 y 2028 se despliegue la mayor parte de la infraestructura 5G en el país, alcanzando cobertura inicial en al menos 150 municipios y las principales vías de comunicación. Posteriormente, el foco se centrará en extender servicios de Internet de las Cosas masivo (mMTC) y comunicaciones ultra fiables de baja latencia (URLLC) para respaldar industrias 4.0, telemedicina avanzada y movilidad autónoma. El espectro reciclado permitirá a operadores de banda ancha inalámbrica fija ofrecer velocidades competitivas en el hogar, contribuyendo al objetivo de acceso universal. En paralelo, la implementación de redes privadas 5G para grandes empresas y zonas francas generará valor agregado en manufactura, logística y puertos. Al final, el éxito de 2025 se medirá no solo en títulos entregados, sino en la generación de empleos, el cierre de brechas y la consolidación de México como un hub regional de telecomunicaciones de quinta generación.

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